Hipotecando nuestras libertades

Derechos humanos violados durante la "pandemia"

“Las crisis se pagan con libertades”. Una frase de remitente desconocido pero que no por ello carece de valor. Al fin y al cabo las dificultades requieren no solamente de un esfuerzo significativo para poder solventarlas, sino de un precio. Bien sea porque se sacrifica una relación, cuantías económicas o una oportunidad de crecimiento individual, la falta de respuesta ante un hecho puede suponer también la pérdida de derechos o libertades.

Imagen: unmundomisterioso.com “El Derecho Internacional contempla la restricción de determinados derechos y libertades. Y esto es aplicable cuando existen serias amenazas a la salud pública o en un contexto de emergencia donde está en peligro la vida de la población, como es el caso de una pandemia global. Esto está recogido en los Principios de Siracusa y fueron aprobados en agosto de 1984 en esta ciudad italiana. Sí, está permitido… pero con condiciones. Estas se pueden resumir en tres palabras: deben ser legales, necesarias y proporcionadas”, se expone en ‘Ayuda en Acción’.

El coronavirus ha sido el detonante de un levantamiento social. Al margen de las constantes revueltas tachadas de “ultraderechistas” o “negacionistas” por manifestarse contra aspectos como la implementación del 5G o la vacunación obligatoria, estos últimos días los gobiernos de Francia e Inglaterra han tenido que lidiar con las quejas masivas de ciudadanos que protestan ante el cierre de bares y otras medidas de restricción.

Resulta extraño que el cumplimiento de tales medidas adquiera un carácter estricto pero no homogéneo: no han sido pocos los políticos que han violado las pautas, como el caso de Fernando Simón haciendo surf Imagen: unmundomisterioso.com en Portugal “en plena oleada de rebrotes” o Pablo Iglesias, quien “no respeta ni sus propias normas”, aquellas que en su mayoría habrían influenciado en la desescalada por un Comité de Expertos inexistente. Mientras tanto, y hablando de España, expertos en Derecho como Carlos Martínez-Cava (abogado y ensayista) recopilan en Pandemia contra España aspectos como la pérdida de derechos de la ciudadanía autóctona.

Señalando el 14 de marzo como un antes y un después en las libertades oficiales de la sociedad, destaca ya no sólo la interiorización de la eliminación de esos derechos, sino el creciente número de “policías de balcón” que, a través del anonimato, denunciaban a quienes, a su juicio, no respetaban esas medidas de prevención. En el caso de Madrid llegaron a recibirse en agosto más de 500 solicitudes desde la calidad de voluntario, aunque un mes después en prensa se registró que la capital de España no había conseguido ni uno.

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“Nunca España en las crisis que ha tenido desde 1978 ha tenido que usar de esos artículos de la Constitución por un período tan prolongado y nunca ello ha sucedido con tan mala praxis y resultado para las libertades de los españoles”.
Carlos Martínez-Cava, Pandemia contra España.
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Derechos y libertades en juego

¿Merece la pena?

Imagen: unmundomisterioso.com En numerosos artículos de Internet podemos encontrar listados que enumeran las libertades y derechos humanos que habrían sido obviados durante la ‘crisis del coronavirus’. Si bien con esta publicación no se pretende lanzar acusaciones de ningún tipo, la visibilización de este tema intenta marcar el objetivo de iniciar un debate: ¿hasta qué punto merece la pena hipotecar nuestro futuro? ¿Cómo se dictaminará nuestra Nueva Normalidad…, y en beneficio de quiénes?

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“La censura, la discriminación, la detención arbitraria y las violaciones de derechos humanos no tienen cabida en la lucha contra la pandemia del coronavirus”. Nicholas Bequelin
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El acoso e intimidación de activistas sería un punto en contra de “las medidas de prevención COVID19”, como se ha apuntado antes con los “policías de balcón”. Bachelet (Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos) se pronunció al respecto: "Disparar contra una persona, detenerla o maltratarla Imagen: unmundomisterioso.com porque, motivada por la búsqueda desesperada de alimentos, ha violado un toque de queda, es sin duda una respuesta ilícita e inaceptable. También lo es crear una situación en la que a una mujer le resulte difícil o peligroso ir a un hospital a dar a luz. En algunos casos, la gente ha muerto por la aplicación indebida de normas que, supuestamente, se habían implantado para salvarles", declaró.

Siguiendo esta misma línea, los “policías de pensamiento” podrían haber reprimido la libertad de expresión como ha ocurrido en España, catalogando cualquier discurso contrario a la versión oficial de “teorías de la conspiración”, promoviendo la censura permanente. Paralelamente, “la insistencia de las autoridades chinas en controlar las noticias de los medios de comunicación y acallar la cobertura negativa ha seguido impulsando la censura de información en ocasiones legítima sobre el virus”.

“Los gobiernos deben evitar la desinformación y proporcionar orientación para la salud oportuna y exacta. No obstante, las restricciones a la libertad de expresión deben ser proporcionadas, legítimas y necesarias (…) Si los gobiernos del sureste asiático y otros lugares deben aprender una lección sobre la manera en que China ha manejado la crisis del coronavirus, es que limitar la información y sofocar el debate en nombre de la ‘estabilidad’ entraña graves riesgos y puede ser desastrosamente contraproducente” ha manifestado Nicholas Bequelin.

El derecho a la Salud también se habría visto truncado. Mientras los usuarios de Internet exponen que toda revisión o análisis ajeno al COVID19 se ha hecho vía telefónica, casos graves como los de Sonia Sainz-Maza habrían desembocado en una desgraciada muerte, pues Imagen: unmundomisterioso.com pese a estar enferma de cáncer no logró ni una sola cita presencial. “Hemos perdido nuestros derechos sanitarios” sentenció su hermana. Los cuidados a la salud mental también ha sufrido de estragos: el confinamiento no sólo ha acentuado unas secuelas psicológicas post-desescalada, con síndromes como “la caverna/cueva”, sino que los pacientes pertinentes no habrían podido contar tampoco con la atención necesaria.

Por otro lado, y entrando ya en el terreno de gravedad según expertos, las restricciones más aberrantes habrían sido aquellas que han permitido la geolocalización, la suspensión de funerales (extraño, teniendo en cuenta que han continuado entrando por las fronteras de las costas peninsulares varias pateras, o las manifestaciones por George Floyd, algunas sin ningún cuidado), el derecho a la libertad de circulación (privando salir de casa excepto para lo esencial, con testimonios de transeúntes registrados por la policía para comprobar si lo que llevaban en las bolsas era de primera necesidad), y el de la libertad de empresa (seleccionado entonces el Gobierno los trabajos que sí podían mantenerse en activo, desviando otros al teletrabajo –supuestamente sin regular por completo- y el resto a la paralización absoluta) la cual puede ser “limitada” pero no “suspendida” (Carlos Martínez-Cava). A su vez, se destaca que “a pesar de las medidas establecidas para mitigar la propagación del virus SARS-CoV-2, permanecen abiertas algunas grandes tiendas de electrodomésticos, sin atender a ninguna disposición de seguridad sanitaria, y sin recibir algún tipo de sanción o llamado de atención por parte de la Secretaría del Trabajo y Prevención Social (STPS)”.

La libertad religiosa también habría tenido una doble vara de medir. Mientras a los cristianos no se les ha permitido velar a sus Imagen: unmundomisterioso.com difuntos o acudir a la Iglesia, prohibiendo los oficios de Semana Santa, los musulmanes han tenido permiso especial para ejecutar los preparativos para el Ramadán, autorizada por la Comisión Islámica de España: “La Guardia Civil no tiene constancia, según ha explicado a este periódico, de que otras comunidades islámicas de distintos puntos de España hayan pedido este permiso. Tampoco se ha estipulado un calendario u horarios en los que los desplazamientos estén permitidos”.

Bachelet destacó que "si no se defiende el Estado de Derecho, corremos el riesgo de que una emergencia de salud pública se convierta en un desastre de derechos humanos, con efectos negativos que se prolongarán mucho tiempo después de que la pandemia haya cesado", concluyó la Alta Comisionada.

¿Estamos hipotecando nuestra libertad?


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ESCRITO POR

Alba Lobera

EDITADO POR

JCBaruque Hernández 2005

5 de octubre del 2020

© MUNDO INSÓLITO RADIO