COVID19 Y EL CURSO ESCOLAR
Mientras se repite incansablemente lo importante que es el uso responsable de
Internet y sus peligros, el aula virtual ha tomado el papel protagonista en el día a día de los niños
6 de octubre del 2020
IGNORANCIA COMO PANDEMIA
Covid-19 y el curso escolar
La ignorancia no sólo ha repercutido entre los españoles: pese a la sobreinformación vigente en los medios de comunicación y
otras plataformas digitales, los estudiantes de cualquier curso han sufrido en primera persona qué es la incertidumbre a largo plazo.
Estudiantes Erasmus que han visto las fronteras cerradas, jóvenes frustrados por los cambios en sus oposiciones, graduaciones a
punto de suspenderse o la Selectividad a la vuelta de la esquina pero sin acceso a clases, han sido algunos de los efectos
secundarios de la pandemia a nivel nacional.
Mientras se repite incansablemente lo importante que es el uso responsable de Internet y lo peligrosas que son las pantallas de los dispositivos en
exceso, el aula virtual ha tomado el papel protagonista en el día a día de los niños.
BRECHAS EDUCATIVAS Y DIGITAL:
Duplicando el esfuerzo psicológico
No todos los niños asisten a la escuela en igualdad de condiciones, pese a que la mayoría de centros se molestan en
ofrecer el mismo número de oportunidades y recursos para sus pupilos. La carencia de un hogar estable, con familiares
atentos y un ambiente tranquilo y rutinario, influye mucho en las calificaciones. Por otro lado, el remedio de las
clases online tampoco ha sido un camino cómodo: aun con grandes avances tecnológicos en camino, todavía existe una
distribución desigual en el acceso o, al menos, impacto de las TIC entre grupos sociales. Mientras hay jóvenes que
no tienen acceso a Internet en sus casas, algunos docentes se han visto retados por plataformas como Moodle, o el propio correo electrónico.
El enfoque de atención hacia las herramientas lúdicas -directos de Instagram o secuencias en TikTok-, han dejado en
último lugar el aprendizaje de navegar por los motores de búsqueda o la adquisición de fuentes bibliográficas para
mejorar académicamente. Las familias obligadas al teletrabajo también habrían favorecido un conflicto: no siempre
hay dispositivos para todos los miembros del hogar, sumado a que ni los horarios encajan ni permiten prestar la debida
atención a los niños cuando éstos navegan por la Red.
Asimismo, los estudiantes que dependían de cibercafés o bibliotecas para aprovechar un punto de conexión o un
ambiente constructivo, se han encontrado con unos límites de pesadilla: exámenes finales y prácticas en pie sin posibilidad de
instruirse una vez acabada la jornada. Las clases particulares se suspendieron para desgracia de ambas partes, desapareciendo
así una fuente honrada de ingresos para adultos y un refuerzo extra para niños con dificultades. Igualmente, las ayudas para el
comedor escolar habrían marcado otro obstáculo en el camino de las familias con menos recursos económicos, pues al cancelar las
lecciones presenciales, el resto del recinto cerró sus puertas al público.
CAMBIOS EN LA CALIFICACIÓN
Y otras medidas provisionales
El Gobierno ha instaurado, por su parte, una serie de cambios que incumben a la Educación en sí y a las familias. Sin ninguna posibilidad
de réplica por el momento, hace un mes se notificó públicamente el deseo de suprimir “el derecho a los padres a elegir centro” y “la repetición
en la ley Celaá”: “Podemos presenta enmiendas en solitario en las que carga contra la libertad de enseñanza, impide la repetición en Primaria
y la blinda en Secundaria. Por su parte, los nacionalistas buscan eliminar la palabra Constitución del texto y dejar al castellano fuera de las aulas”.
A finales de septiembre, Isabel Celaá volvió a aprobar una orden “que da luz verde a las comunidades para que permitan a los alumnos pasar
de curso sin límite de suspensos”, ya que “el artículo 5, señala que los centros docentes, de acuerdo con lo regulado en su caso por las
administraciones, podrán modificar, de manera excepcional los criterios de promoción en todos los cursos de primaria, ESO y Bachillerato”
ratifican los medios.
Estas reformas educativas han resultado chocantes tanto para las familias como para los propios profesores, ya que esta situación no
sólo va contra la Constitución sino también contra la ley educativa vigente (LOE-LOMCE), la cual fija un número de asignaturas suspensas
para pasar de curso o titular directamente.
Teniendo en cuenta que Madrid se prepara para un segundo confinamiento y que ya ha expirado un curso escolar, ¿estamos preparados para
cuidar la educación de los más pequeños en la próxima ronda?
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ESCRITO POR
Alba Lobera
EDITADO POR
JCBaruque Hernández 2005
6 de octubre del 2020